18 mayo 2009

El Negocio de la Fe y la Miseria Humana que lo Sostiene (I)

Invaden la pantalla a partir de la medianoche, extraña coincidencia con la hora de lo macabro, diabólico. Son esta manchita de pastores que, una vez capacitados en el uso del portuñol (acontecendo, por ejemplo), salen al ruedo de la venta de perdón y milagros de la iglesia Pare de Sufrir. Es realmente penoso cómo no existe regulación en cuanto a qué pueden hacer estos charlatanes con los bolsillos de la pobre gente desesperada. Todo, sin excepción, tiene precio en esta Casa del Señor. Venden de todo, desde botellas de agua del río Jordán, hasta trocitos del manto sagrado de nosequésantuchodeporallí y principalmente perdón, salvación.

El alcance de esta sanguijuela gigante es realmente apocalíptico, una metástasis asquerosa que ataca principalmente a gente de pocos recursos y llenos de problemas. Tergiversando al extremo la obligación del malhabido diezmo, abusan de la fe ciega de la gente que se ve amenazada por llegadas del apocalipsis, posesiones, males incurables, entre otros cuentos chinos. Yo mismo, gracias a un trabajo encargado en un curso de la universidad, pude constatar lo implacable que es la recaudación de dinero en sus encuentros con los incautos fieles. En aquella ocasión, pude ver con mis propios ojos cómo gente paupérrima era instada a poner dinero en la bolsita. Empezaba el brasilero bamba con 100 soles (25% del sueldo mínimo en esa época), e iba bajando hasta la unidad, haciendo hincapié, por supuesto, en que si tenían la cantidad con ellos y no la daban no conseguirían cumplir sus plegarias. Lo peor de todo es que la gente accedía a entregar todo lo que tenía. Inaudito.

No sé si existan leyes que protejan a esta pobre gente. El problema es que a pesar de quedar en la ruina, esta gente tiene terror de desertar o de renegar de ello, justamente por el temor del infierno, el apocalipsis y todas esas cosas chéveres que siempre dicen que vienen pero todavía no lo hacen. Entonces siguen creyendo, pensando que si tal vez dan un poco más de plata la cosa se pone mejor.

Felizmente a mí todo esto me parece un chiste. Pero es un chiste muy cruel porque deja a miles en la ruina y seguramente locos. Entonces la evidencia es inútil, imposible de medir, porque la excusa es inobjetable. Entre la libertad de culto y la recepción de "donaciones" tienen la coartada perfecta. La única solución es esperar unos siglos hasta que toda la tara mística de las religiones deje de regir la existencia del hombre. Porque, en parte o más que eso, todas las religiones juegan un rol en la degradación de la fé.

La conclusión lamentable es que este negocio tiene para rato. La lógica de la Oferta y la Demanda lo dice. Mientras haya quien lo compre, seguirá existiendo. ¿Tal vez la solución es la educación? ¿Eliminar el vínculo de los estados con la religión? ¿Regular los ingresos de las iglesias y obligar su sustento? No sé, es realmente una pena ver que esta bacteria se sigue enquistando en las sociedades. Y toma las formas más inesperadas, muchas veces más sutiles, tornándose incontrolable su propagación. Y la verdad es que ninguna de las religiones de las que tengo nosión se salba.

2 comentarios:

MB dijo...

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Anónimo dijo...

no se salban ni con balas de salba!

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